sábado, 13 de febrero de 2010

Back on the blog

Sorry for the inconvenience, he dejado abandonada esta su casa muuuuucho mas de lo que tenia previsto, pero cuestiones de índole logistica (sencillamente, no sé administar mi tiempo) han mantenido este blog en el dique seco durante meses.

Durante un tiempo estuve conectándome tan sólo dos o tres veces por semana, pero en los últimos días he pasado a hacerlo casi a diario y me he quedado perplejo al comprobar como los blogs sobre historieta que visito habitualmente se actualizan a diario, y sus responsables son capaces incluso de publicar más de una entrada al día, además de participar asiduamente en los comments de sus propios blos y de otros de su camarilla.

Porque se prodigan, si, mucho, pero en sus propios salones o en los de compañeros de té que les rien las gracias. Absolútamente endogámico, absolútamente insano... En fin, lanzo una idea para los bloggers adictos a leerse a si mismos: "get a life", tios. Porque "el que molt parle, molt erre".

Durante este tiempo he leido mucho, pero no recuerdo nada impresionante. Tal vez, la lectura de los cinco primeros albumes del XIII de Van Hamme y Vance, en la pretérita edición de Grijalbo, una absorbente saga de amnesias y ocultaciones, llevada con sobrieda y buen ritmo. O la "Guía para padres desesperadamente inexpertos", primera entrega de la nueva colección de La Parejita de Manel Fontdevila, una muestra del gran estado de forma de este autor que, quizás por simpatia hacia los personajes, me resulta mas atractiva que su obra como humorista gráfico en Público. Porque, con la que esta cayendo, ni Rajoy, ni Zapatero, ni sus secuaces habituales me producen ninguna sonrisa mas bien asco.

También he leido un montón de gratificantes tebeos de superhéroes, pero en este campo siempre es como si habláramos del refinado paladar del bebedor de vino en tetrabrik. ¿Cómo explicar las sutilezas diferenciales del empaquetado pr Consum o Mercadona? Para eso, mejor sumergirse en foros mucho más especializados y abiertos a los matices.

martes, 4 de agosto de 2009

I FEEL GOOD




Leer y difundir, seria el mensaje de este post. Se trata, básicamente, de que prenda la llama, de contagiar la emoción. En primer lugar, La bicicleta roja, historieta coreana editada por planeta que corre el peligro de perderse entre la miríada de novedades mensuales en los estantes de las librerías, cosa que sería una desgracia, porque este tebeo puede que aporte poco a la historia del medio y, probablemente, ni su dibujo ni su guión se harán acreedores de muchos premios por sus innovaciones al medio historietístico, pero resulta que para un servidor funciona como un bálsamo perfecto contra la ingrata, seca y ponzoñosa realidad del día a día, como lo que podríamos denominar un “feel good comic”.

Cierto es que resulta utópica, incierta e irreal la mirada que ofrece de la vida pastoral campestre, pero el poso que deja, la quietud, el bienestar y la calma que emana son, hoy por hoy, impagables. Reconozco que cuando el día, o los días, se tornan una carga excesiva para mis hombros, suelo acudir al cine del Studio Ghibli, como una suerte de “spa” espiritual: Nikki, aprendiz de bruja (Hayao Miyazaki, 1989) o Mi vecino Totoro (Hayao Miyazaki, 1988) , me insuflan sosiego y me recargan las pilas con buenas dosis de paz. El mismo efecto produce La bicicleta roja; no se me ocurre mayor recomendación.

Por otro lado, otra obra de parecida sensibilidad, es el último álbum de Jali, El último viaje de Olivier Duveau.que nos presenta una historia (la historia de un hombre infeliz con un objetivo que le lleva la felicidad), de corto argumento, pero en la que el autor, en pleno dominio del medio, se recrea en unas páginas de una escalofriante y gótica belleza, que refiere inevitablemente a Edward Gorey y al diseño de producción de las peliculas de Burton, ese “steampunk” romántico, en el sentido mas literario del término romántico (no romanticota).

El recreo en lo puramente visual lleva al Jali dibujante más cerca del poeta que del narrador convencional Y de eso, de anticonvencionalismos y voces únicas hacen falta más y más ejemplos, que nos rescaten del delirante mar de clónicos de todos los subgéneros en el que navegamos últimamente ( ¿A qué se parecen las obras de Jali?: a otras obras de Jali. ¿No es eso la mejor alabanza?).

El último viaje de Olivier Duveau.
Guión e imágenes: Jali.
Editorial: Astiberri.
Fecha de edición: marzo de 2009.
Formato: libro rústica, 168 páginas,17 x 24 cms, blanco y negro.

La bicicleta roja, nºs º1 al 4.
Guión e imágenes: Kim Dong-Hwa.
Editorial: Planeta DeAgostini.
Fecha de edición: 2009.
Edición original: Red Bicycle, nºs 1 al 4 (2005; Happy Comic Works; Corea).
Formato: libro cartoné, 192 páginas, 12,6 x 17,8 cms, color.

lunes, 25 de mayo de 2009

THE OLD FRONTIER




Para mi sorpresa, dos de los tebeos -en este caso álbumes, o novelas graficas, como prefieran llamarlos-, que mas me han satisfecho en los últimos meses pertenecen a un género que nunca citaría entre mis favoritos. Uno acabo de leerlo ahora mismo y se titula Martha Jane Cannary: Los años 1852-1869, primer capítulo de la azarosa biografia de la mítica figura del oeste americano de los pioneros más conocida como Calamity Jane. El otro álbum es Louis Riel, que se ajusta más a la descripción genérica de relato de frontera, el que se situa en la exploración del nuevo continente, lo que vendría a ser el paso anterior al western canónico, si bien, en general, ambas obras se pueden englobar sin problemas en este término. Con matices, claro: el uno tiende más a lo biográfico puro, y el otro, en su ambición, intenta recrear cómo la vida de su protagonista marcó la evolución política posterior de toda una nación.

Lo que en otras manos pudiera haber derivado en una narración propagandística, en el caso de Chester Brown termina fructificando en una audaz plasmación tanto de la vida de este personaje, como de los singulares vericuetos mentales por los que atraviesa en diversos momentos. Por su parte, la crónica vital de Calamity Jane arranca en esta primera entrega con su niñez y adolescencia y se situa a una escala mucho más personjal e intimista: sus actos y los hechos que le acaecen tienen una repercusión más limitada; son dimensiones diferentes en dos álbumes de una temática similar, pero lo que les une es la fluidez de la narración, que nunca pone la acumulación de hechos y datos por encima de la misión fundamental de contar una historia que entretenga y emocione, apoyándose para ello en un dibujo funcional, que narre sin florituras y que cuente mucho en la mínima extensión de páginas (no quiero ni pensar los volúmenes que ocuparía la vida de Louis Riel en formato de novela).

Como digo, en un principio, el western, aún atípico como esta variante fronteriza, no es un genero que llamaría predilecto, pero el resultado de ambas obras es notabilísimo y uno, tras muchos años de afición, lo que necesita son sorpresas que le renueven la fe en el medio (que sí que Watchmen es una obra maestra y tal, pero ¿a quién le apetece releerla?). Y, de hecho, si me pongo a recordar y pienso en otro álbum publicado el pasado año, Paso al noroeste, de atractivo grafismo y guión –más puramente aventurero, de acción y con un punto de melodrama folletinesco- o en la reciente recopilación en EEUU del Journey de William Messner-Loebs, una visión más áspera y oscura de la vida en la frontera de la civilización (que, a su vez, es un tebeo pionero del movimiento indie de los 80 en el comic-book)... a lo mejor llego a la conclusión de que debo cambiar de opinión respecto a este género. Cosas más raras se han visto.

Martha Jane Cannary: Los años 1852-1869
Guión: Christian Perrissin
Imágenes: Matthieu Blanchin
Editorial: Ponent Mon
Fecha de edición: noviembre de 2008
Edición original: Martha Jane Cannary 1. Les années 1852-1869 (2008; Futuropolis; Francia)
Formato: libro rústica, 128 páginas. 17 x 24 cms, blanco y negro.

Louis Riel
Guión e imágenes: Chester Brown
Editorial: La Cúpula
Fecha de edición: noviembre de 2006
Edición original: Louis Riel nºs 1 al 10 (1999-2003; Drawn & Quarterly; EEUU)
Formato: libro rústica, 292 páginas, 17 x 24 cms, blanco y negro

Paso al noroeste
Guión e imágenes: Scott Chantler
Editorial: La Cúpula
Fecha de edición: septiembre de 2008
Edición original: Northwest Passage nºs 1 al 3 (2005; Oni Press; EEUU)
Formato: libro rústica, 275 páginas, 17 x 24 cms, blanco y negro

Journey vol.1
Guión e imágenes: William Messner-Loebs
Editorial: IDW (EEUU)
Fecha de edición: agosto de 2009
Edición original: Journey nºs 1 al 16 (1983-1985; Fantagraphics; EEUU)
Formato: libro cartoné, 424 páginas, 17 x 25 cms, blanco y negro

lunes, 27 de abril de 2009

FAST FOOD, FABLES & FAKERS



Sigo en fase de alimentar el cerebro a base de una estricta dieta de comida basura, dentro de la cual la sutil diferencia entre el happy-meal de McDonalds y el “peque-menú” de Wimpy’s resulta francamente inapreciable. De igual modo, Marvel y DC siguen ofreciendo forraje para sus adeptos y, si no eres uno de estos, el intentar encontrar matices entre una y otra marca resulta, en estos momentos, poco menos que imposible.

Mi mujer, mismamente, sufridora de mis aficiones, me dio ejemplo de lo escrito, cuando al llevarla a ver Watchmen, “the muvi” (Zack Snyder, 2009), intenté, antes de iniciarse la proyección, ponerla en antecedentes y explicarle que estos superhéroes eran diferentes y para adultos, que este era un universo auto-contenido en el que no había mas héroes y todo ese bla-bla-bla que infesta Internet… pero empieza la peli y ¡zas! en toda la meninge la meliflua imagen de Ozymandias. Esos pelos repeinadísimos, esa diadema, coño, así no se puede abogar por la dignidad del medio frente al profano…

Ahora amenazan con una película o serie de TV, no recuerdo exactamente, pero en Internet está, de Fábulas, la serie de Willingham y Buckingham. Predeciblemente, el entretenidísimo tebeo se vera trivializado e infantilizado. Apuesten su cabeza a que así será. Desde el mundillo nos ilusionaremos con que se haga una traslación digna de las bondades de la obra, su tratamiento adulto del género fantástico, su carácter de parábola respecto a la sociedad actual, su inteligente transposición de roles y todos esos argumentos que ya se saben ustedes si la han leído. Pero lo que el público audiovisual recibirá será a Caperucita Roja corriendo delante del sheriff lobo.

A mí, francamente, me da lo mismo. Hace tiempo que no predico en el desierto. Llevo mi afición con la mayor discreción posible y, más allá de alguna camiseta, huyo del frikismo estandarizado tanto como puedo o como creo poder.

Al fin y al cabo, ya lo tenemos bastante complicado sin salir de la jungla de nuestro medio. Entre la avalancha de novedades, es difícil que no se te cuele más de un bluff. Y de repente te encuentras leyendo algo que apesta a pedantería, con un tufillo resabiado y literato, pesado como una losa y que oculta la nada más total. Eso me ha pasado con Mike Carey y su Faker para Vertigo. Como me gusta bastante el dibujante de esta última, Jock, que hizo la muy entretenida Losers junto a Andy Diggle, decidí echarle un tiento y... podria extenderme en su vacuidad y en el morro que le echa a la hora de rellenar páginas, pero el calificativo de truño creo que zanja el asunto casi por completo. Ni Jock, ni Vértigo, ni nada, en todas partes cuecen habas y a este hombre, a quien para más inri ya le venía sufriendo en los X-Men, a este ya le he visto el plumero.

Fábulas
Guión: Bill Willingham y Mathew Sturges
Dibujo: Mark Buckingham y varios.
Editorial: Planeta-DeAgostini (edición original: DC Comics/Vertigo, EEUU)
11 tomos publicados

Faker
Guión: Mike Carey
Dibujo: Jock
Editorial: Planeta-DeAgostini
Contiene Faker 1 al 6 (2007; DC Comics/Vertigo; EEUU).
176 págs. Color.
Encuadernación: rústica.
Tamaño: 17x26 cms.
Fecha de edición: octubre 2008

jueves, 5 de marzo de 2009

BIENVENIDO, MISTER CORNELL



He estado buscando un rato por Internet, para poder citar con exactitud las palabras del inmenso Pepe Isbert en Bienvenido, Mister Marshall (Luis Garcia Berlanga, 1953), pero todo lo posterior a Internet no existe en Internet, puedes averiguar hasta cuantos decilitros de sudor exudaron cada uno de los extras de 300 (Zack Snyder, 2006) en la batalla de las termópilas, pero no puedes encontrar citas de uno de las más grandes películas del cine español… Pero, a lo que íbamos: como bloguero vuestro que soy, os debo una explicación y esa explicación que os debo, os la voy a dar…

El mundo está en crisis y es complicado no contagiarse. Dado que económicamente ya no puedo caer más bajo, esa crisis, para situarme en sintonía con el mundo que me rodea, se apoderó de mi espiritu. La crisis de los cuarenta ha llegado a mi vida y ha sido fatal para mi rutina diaria: de repente y sin previo aviso, he vuelto a entrenar tres veces por semana con el equipo de rugby. Al cabo de catorce años de inactividad física, el proceso ha resultado duro y me ha conducido a retornar a casa cada noche en un estado lamentable. Como para que le queden a uno ganas de enfrentarse a lecturas de Mattotti o Muñoz y Sampayo, pongo por ejemplo.

Make Mine Marvel!” gime mi cerebro, coreado al unísono por cada uno de los músculos de mi cuerpo. Así las cosas, más vale ceñirse a una estricta dieta de grapas y, a lo sumo, algun tomito en formato comic-book y lomo blando, blandito. De superheroes, claro.

Lo de los superheroes es una adicción, como lo de ver deportes en la tele. Hay quien picotea de las olimpiadas y los mundiales, quien se recrea en la Copa de Europa o Liga de Campeones, quien saborea la Liga o disfruta con su equipo incluso en la pretemporada, contemplando como se enfrenta a clubs de la segunda división holandesa.

Cada cual busca encontrar uno de esos infrecuentes momentos de épica y belleza plástica. Que de cuando en cuando los hay, de eso no hay duda, pero que obligan a soportar horas de tedio y sopor, monopolizando el mando de la mejor tele de la casa, a la espera de que surja el efímero nirvana.

Con los tebeos de superhéroes pasa lo mismo: esperando ese giro argumental, esa vuelta de tuerca, ese nuevo artista que despunta o al que intuimos buenas maneras, mientras llegan esos momentos de gloria para nuestro cerebro y retina, ahí estamos, alimentando nuestra adicción a base de mediocridades, al tiempo que hacemos un poco más ricas a grandes corporaciones de la industria mediática. Y siempre queremos más.

Preguntadle a cualquier yonki. Él será el primero que os diga que la heroína es mala y os enumerará los perjuicios que puede acarrear, pero lo hará mientras os trinca el dinero para su próxima dosis.

Que sí, que las adicciones son muy malas, pero también pueden darnos alegrías como la que me ha proporcionado un tebeo titulado Capitán Britania & MI-13, que ofrece sobradas muestras de eso que siempre se le pide a un tebeo de superhéroes: imaginación y emoción.

El guionista Paul Cornell, ya había demostrado una notable capacidad de insuflar esos ingredientes a su trabajo en su anterior obra, Wisdom: Los rudimentos de la sabiduría, una miniserie que Panini recogió en un tomo el pasado verano y de la cual esta nueva cabecera (que en los EEUU es serie abierta mensual) es continuación directa, ampliando el protagonismo, anteriormente centrado en el singular y controvertido mutante creado por Warren Ellis, al titular Capitán Britania y otros supertipos de la rama inglesa de Marvel.

La mención a Ellis no es ociosa, pues su estilo narrativo directo, hiperbólico y, aunque oculto tras una fachada de humor socarrón, muy emotivo, es la referencia más directa del trabajo de Cornell, quien además logra una adecuada mezcla de ingredientes mitológicos (británicos, claro) y de alusiones a la historia marveliana. Para colmo, este primer recopilatorio presenta la historia completa del frente británico de la “invasión secreta” de los Skrulls, con un final tan ingenioso como rotundo, así que se trata de un tebeo de superheroes que funciona de forma bastante autónoma, lo cual no es poco aliciente hoy en día.




Capitán Britania & MI-13, nº 1
Editorial: Panini Comics
Colección: Heroes Marvel, nº1
Contiene: Captain Britain & MI-13, nºs 1-4 (2008; Marvel Comics, EEUU)
Guión: Paul Cornell
Dibujo: Leonard Kirk
Fecha de edición: Febrero, 2009
Encuadernación: Rústica
Formato: 17 x 24 cms.
Páginas: 96
Color
Precio: 5.95 €

Wisdom: Los rudimentos de la sabiduría
Editorial: Panini Comics
Colección: 100% Marvel (sin número)
Contiene: Wisdom , nºs 1-6 (2006; Marvel Comics, EEUU)
Guión: Paul Cornell
Dibujo: Trevor Hairsine y Manuel García
Fecha de edición: Julio, 2008
Encuadernación: Rústica
Formato: 17 x 24 cms.
Páginas: 144
Color
Precio: 12,00 €.

martes, 20 de enero de 2009

COPLA GRÁFICA



Siguiendo la recomendación de una de mis webs de cabecera, http://florayfauna.blogspot.com/, me acerqué a la que es más reciente obra publicada de Hernán Migoya y primera en bastante tiempo de Joan Marín: Olimpita.


Teniendo en cuenta que lo último que leí salido de la pluma de Migoya fue su Kung Fu Kiyo o su Arsesino, este nuevo trabajo me ha sorprendido gratamente. Se vislumbra en la trayectoria de Migoya un viraje hacia una narración más clásica. Tanto, que he tenido la impresión al leer el álbum de que la historia se adaptaría perfectamente a la letra de una copla de esas que mi padre escuchaba, y nos hacia escuchar, durante los viajes en coche. Aparecen aquí todos los componentes necesarios: el mal esposo, el despecho, el desconocido misterioso, el drama final… Todo aderezado con una patina de actualidad y circunstancias del siglo XXI. En la copla clásica el maltratador no existía, sino la figura del bruto borracho, alcoholizado, que acababa pegando a su mujer. Hoy día el alcohólico es un enfermo al que hay que tratar y que se puede curar y el desconocido exótico es un pobre inmigrante. Antes eran los españoles los que emigraban y los extranjeros de color eran figuras misteriosas y excitaban nuestra curiosidad, como le ocurre a la protagonista de la obra. Sí, creo que todo se podría trasladar a una copla de trágico final actualizada a nuestros tiempos; casi podría ser una letra de Kiko Veneno o de La Cabra Mecánica. Para mí, aclaro, ese ángulo es positivo.


Además, la exposición lineal de la historia, sin circunloquios y ateniéndose a la narración de los hechos, le otorga un valor singular dentro de la ultima hornada historietística española. Creo que hay poca gente que cuente historias, y sí demasiados autores que nos cuentan su vida (interesante o no según los casos). Entre los primeros, me viene a la mente el caso de Javier de Isusi, el autor de La pipa de marcos (Astiberri, 2004), y su afán por la fabulación pura.

El giro final de los acontecimientos confiere a la obra también de un cierre de tintes muy clásicos y con un punto de negritud que no reconozco de la obra anterior de Migoya, aunque hay parte de ella que no conozco, pero que sí se podía vislumbrar en la admiración hacia el genero negro que Migoya dejó plasmada por escrito en fanzines e incluso libros (véase su extenso ensayo sobre la película El guardaespaldas (Mick Jackson, 1992) titulado El hombre que tenía miedo al miedo (Ojalatemueras nº 1, 1999), o el libro Charles Williams: La tormenta y la calma (Glenat, 2001).


Por la parte gráfica, Joan Marín utiliza un estilo aparentemente fácil y fluido, apropiado para la cantidad de paginas de la obra. La ausencia de detalles en los rasgos de los personajes, lejos de alejarnos de los mismos, facilita la identificación con ellos. En esas caras genéricas de rasgos poco marcados, se puede sustituir la cara de los protagonistas por las facciones de rostros más cercanos a nuestra experiencia personal, en la forma de una tendera de nuestro mercado o de aquel chico negro que trabaja cerca de casa.


Ficha de la publicación
Título: Olimpita
Autores: Hernán Migoya y Joan Marín
Edita: Norma Editorial
Colección: Nómadas n°12
Volumen único
Fecha de venta: 12 de diciembre de 2008
Encuadernación: Cartoné
Formato: 17 x 24 cm.
Páginas: 152 a 1 tinta sobre papel salmón
PVP: 18 euros
ISBN: 978-84-9847-858-7

miércoles, 14 de enero de 2009

BRUGUELANDIA


Sólo hace falta asomar la cabeza a los diarios de todo pelaje para caer en un profundo estado de depresión. Gaza-Israel, crisis galopante, paro desbocado, el Barça imparable, la película de Spirit y, encima, un frío del carallo. Ante semejante panorama sólo queda optar por lo mismo que el ser humano ha hecho siempre en estos casos: reirse.

De qué o de quién, con quién o con qué… ese ya es otro tema…

En caso de emergencia se puede acudir al kiosko de la esquina (dado que no todo el mundo tiene una librería especializada en su barrio o ciudad), donde, salvando secuestros de tiradas y otros estropicios de la justicia envenenada, podemos encontrar cada semana y desde 1977 la revista El Jueves, siempre fiel a su cita, a fin de solventar las necesidades humorísticas del ciudadano.

Desde su fundación, poco ha cambiado lo fundamental de la revista en cuanto a formato e intenciones. Lógicamente, la plantilla de autores se ha ido renovando, pero, teniendo en cuenta que han pasado ya 32 añazos, no tanto como seria de esperar. Como es tradición, la actualidad más inmediata ocupa las portadas y un pequeño tanto por ciento de las páginas del interior, pero con la nueva generación de autores el humor basado en personajes fijos es hoy la nota dominante. Por lo que parece, los autores del salto generacional se muestran más interesados en contar historietas humorísticas, entroncando directamente con la escuela de semanarios de humor de Bruguera, Valenciana o TBO, frente a los autores fundacionales, humoristas que utilizan indistintamente el cómic o el chiste gráfico como forma de expresión.

Cada uno tendrá sus preferencias, claro está, pero creo que los acercamientos costumbristas a la cotidianeidad del siglo XXI, ofrecen lo mejor de este jueves presente. Manel Fontdevila, Ladislao Kubala, Monteys… renuevan el legado de los Kim, Óscar Nebreda, Mariel Soria, Enrique Ventura, Azagra, o un resucitado Ja (que no hace olvidar al maestro Ivá, pero parecería haber ocupado su puesto en la alineación del “sector clásico” de la revista), quienes prosiguen entregando semanalmente como si el tiempo no pasara, impasible el ademán. La principal evolución de el Jueves, parece ser que, definitivamente, la balanza entre humor de actualidad y constumbrismo brugueriano (con personajes que, dejando a un lado cuestiones de lenguaje o sexualidad, podrían aparecer en cualquiera de las cabeceras clásicas de Bruguera), se ha decantado por esta segunda opción.

Aún más evidente es esa asimilacion del formato de los semanarios de humor infantiles de antaño, en el caso de la revista Amaníaco. De periodicidad trimestral, obviamente se deja a un lado la actualidad y se centra en la búsqueda de personajes fijos. Comparte autores con El Jueves, pero aún más significativa es la presencia habitual de Jan, el conocido autor de Superlópez .

El gesto de homenaje que esta imitación supone, es de agradecer e incontestablemente merecido. Sin embargo, creo que la intención supera a los resultados.

La escuela brugueriana dominó la producción durante décadas en España y todos nuestros autores de los ochenta y los noventa mamaron de esas fuentes, pero supieron armonizar el legado junto con otras influencias y lo vertieron en su obra de un modo más sutil del que hacen gala las generaciones actuales. Aunque apareciera más pronunciada en el caso de los autores más humorísticos -véase el Makoki de Gallardo y Mediavilla-, por lo general, la impronta se intuía, pero no de la manera burda que los autores de Amaníaco evidencian.

Pareciera que nuestra escuela del humor más clásico haya dejado una huella demasiado duradera. Cabe esperar que una nueva generación de autores posterior a la actual se anime a explorar nuevos caminos.

De momento los de hoy consiguen al menos su más modesto objetivo, que no es otro que hacernos, si no reir, sí, al menos sonreir; lo que tal y como está el patio ya es bastante.